La historia de la familia Rodríguez Salazar, que reside en el municipio de Guamal, departamento del Meta, es un verdadero ejemplo de amor, fortaleza y superación. A pesar de las limitaciones económicas y de las dificultades que enfrentan, la familia ha logrado crear un hogar lleno de amor y valores. La protagonista de esta historia es Geraldine, la sexta hija de la familia, quien nació con una malformación congénita conocida como Amelia, que le ha causado la ausencia de extremidades superiores y deformaciones en las extremidades inferiores.
A pesar de estas limitaciones, Geraldine ha demostrado un espíritu valiente y una gran capacidad artística. A través de sus obras de arte, creadas con la ayuda de su pie izquierdo, ha logrado transmitir sus ideas y pensamientos. Además, a pesar de tener un razonamiento intelectual similar al de una niña de 12 años, ha demostrado una gran determinación y pasión por la vida, participando en actividades recreativas en su municipio y compartiendo su amor por la música llanera.
Recientemente, Geraldine ha visto uno de sus sueños cumplidos, gracias al apoyo del Grupo de Infancia y Adolescencia del Departamento de Policía Meta. Tuvo la oportunidad de visitar el Comando de la Policía del Departamento del Meta y cumplir su deseo de conocer la labor de un miembro de la ley y el orden. Este sueño se cumplió gracias al apoyo del intendente Wilmer Herrera, quien coordinó la visita del comandante de la Policía del Meta, coronel Jeison Freddy Sora Cruz. Geraldine también tuvo la oportunidad de conocer al subdirector general de la Policía Nacional, el señor general Nicolás Alejandro Zapata Restrepo.
A pesar de las dificultades que ha enfrentado a lo largo de su vida, Geraldine se ha convertido en un ejemplo de superación y determinación. Su historia es un recordatorio de que no existen límites para lograr grandes cosas, y que el amor y la fortaleza pueden superar cualquier obstáculo. Su familia, así como la comunidad de Guamal, se sienten orgullosos de tenerla como un referente de valentía y amor incondicional. Geraldine, a través de su historia y sus logros, nos enseña que “el amor todo lo puede”, y que la verdadera fortaleza nace del corazón y los sentimientos.