El Grupo de Gestión Comunitaria ha llevado a cabo acciones para mejorar la calidad de vida de las familias con dificultades económicas. En esta ocasión, se ha centrado en Samantha, una niña de 6 años que sufre de atrofia cerebral y tiene dificultades en las extremidades inferiores. Esto le impide mover sus piernas y está en proceso de rehabilitación integral. El grupo ha tomado medidas para entregarle una silla de ruedas que le permita mejorar su movilidad y calidad de vida.
El caso de Samantha se conoció a través de labores de vecindario y acercamiento a la comunidad en el barrio Santo Domingo de Medellín. Junto con su familia, se iniciaron gestiones para hacer realidad la entrega de la silla de ruedas. Finalmente, en un acto simbólico, se llegó hasta la casa de la niña con sorpresas y se le entregó la silla de ruedas, cumpliendo así su sueño de mejorar sus condiciones de movilidad.
Esta acción no solo impactará la vida de Samantha, sino que también representa un esfuerzo del Grupo de Gestión Comunitaria para ayudar a las familias que enfrentan dificultades económicas y que no pueden adquirir elementos que les permitan vivir de manera digna. La entrega de la silla de ruedas es un ejemplo de solidaridad y de cómo la comunidad puede unirse para apoyar a aquellos que más lo necesitan.
La historia de Samantha muestra la importancia de la ayuda comunitaria en la mejora de la calidad de vida de las personas que enfrentan situaciones difíciles. Además, pone de manifiesto la importancia de la solidaridad y el apoyo mutuo dentro de la comunidad. Esperamos que este gesto inspire a otros a unirse y aportar su granito de arena para ayudar a quienes necesitan de nuestra ayuda.
La entrega de la silla de ruedas a Samantha es solo un ejemplo de las acciones que el Grupo de Gestión Comunitaria está llevando a cabo para mejorar la calidad de vida de las familias en situación de vulnerabilidad. Es un recordatorio de que juntos podemos hacer una diferencia en la vida de aquellos que necesitan ayuda.