Daniel Pérez I Málaga, (EFE).- Desde principios de los 80, los coleccionistas Juan Antonio Fernández Rivero y María Teresa García Ballesteros han reunido cerca de 75.000 fotografías históricas de España que abarcan un amplio espectro de manifestaciones, con piezas que parten de los inicios de la foto comercial, en el año 1842, hasta otras de principios del siglo XX.
El carácter historicista y museístico de la colección, centrada mayormente en el siglo XIX, hace que esté compuesta por obras fotográficas tangibles. Imágenes que necesitan un soporte material, ya sea metal, papel, vidrio, película o porcelana, y que sean originales de época.
Sus responsables esperan que este patrimonio sea un instrumento útil para el aprendizaje y difusión de la historia de la fotografía española.
De Málaga a la fotografía estereoscópica
Entre el amplio catálogo de obras destaca la sección dedicada a Málaga, la ciudad natal de Fernández Rivero. Que centró los primeros años de su labor como coleccionista, lo que se materializó en dos libros. “Historia de la fotografía en Málaga durante el siglo XIX” y “Desde Málaga, recuerdos… Una visión de Málaga a través de sus tarjetas postales”.
A partir de entonces, “coleccionismo e investigación se van sucediendo, hasta convertirse la colección en una de las cinco mejores de España”, asegura Juan Antonio Fernández Rivero en una entrevista con EFE.
La fotografía estereoscópica, que es la que genera una ilusión óptica de tridimensionalidad, es otra de las pasiones de esta pareja de coleccionistas.
Su interés les lleva a hacerse con miles de estas piezas. Y a publicar en el año 2004 el libro “Tres dimensiones en la historia de la fotografía: la imagen estereoscópica”. Que se convierte en un referente de consulta y que, como explica García, “vino tras varios años de paciente búsqueda. Pues las colecciones fotográficas en España en aquellos años eran muy escasas y las estereoscópicas prácticamente inexistentes”.
Investigación y adquisición de obras
La continuidad del trabajo de investigación se ha plasmado en una docena de libros monográficos. Una treintena de artículos publicados en diferentes medios y alrededor de 200 entradas en su blog. Lo que para María Teresa García “es el espíritu de la colección, una ventana abierta para no tenerla guardada en un cajón”.
De esta labor investigadora, que ambos compatibilizaron hasta su jubilación con sus trabajos como economista y bibliotecaria, destaca el descubrimiento de la importancia del fotógrafo Luis Masson. Del que establecen un inventario de 511 imágenes, publicando en 2017 una monografía y del que reúnen la mayor colección existente.
Son ellos también quienes ponen en valor el papel de la fotografía estereoscópica en las más primitivas imágenes de muchos lugares en España. Quienes descubren el uso de la fotografía por parte del artista francés Gustave Doré. O quienes constatan el primer fotógrafo español en un conflicto bélico, el malagueño Enrique Facio, cubriendo la Guerra de África en 1859.
Las ferias de fotografía antigua, anticuarios y marchantes, ventas por internet, subastas y en ocasiones los tradicionales mercadillos y rastros han sido las vías de adquisición de las piezas a lo largo de más de 40 años.
De hecho, fruto de esa labor de búsqueda, Fernández Rivero funda, junto a otros socios, la web Todocolección, especializada en la compra venta de material de coleccionismo.
Clifford, Laurent y Masson
En la colección es relevante la presencia de obras de los tres autores más significados del siglo XIX español: Charles Clifford, Jean Laurent y el ya citado Luis Masson.
De Clifford atesoran cerca de 200 piezas, entre las que destaca un álbum conmemorativo de uno de los viajes oficiales de la reina Isabel II. Y de Laurent unas 3.000, entre ellas una albúmina de 1870 en la que aparece un horchatero ambulante en Valencia.
Sobresalen también obras de los grandes fotógrafos malagueños, cómo José Spreáfico, Joaquín Oses y Miguel Osuna. O piezas de autores internacionales de prestigio, como William Henry Fox Talbot, Hill & Adamson o Julia Margaret Cameron.
Álbumes de época completos, antes de que hayan sido despiezados para su venta, o libros con fotografías originales pegadas, se entremezclan con el resto de las 75.000 piezas que abarrotan la estancia que las acoge. La sección de daguerrotipos supera las 130 piezas y la de tarjetas postales ronda las 10.000.
Una muestra de objetos relacionados con la historia fotográfica, así como una biblioteca especializada, completan el conjunto de una colección documentada y catalogada. Que posee además numerosa información añadida que de forma paciente han ido incorporando.
“La labor del coleccionista es el único ámbito en el que es posible mirar hacia esa fotografía que no ha llegado a las instituciones, que no está salvada”, comenta María Teresa García.
Con la intención de que la colección trascienda a ellos, la pareja comenta que su deseo “sería llegar a algún acuerdo con una gran institución, pública o privada, que quisiera albergar y gestionar una de las mejores colecciones sobre fotografía histórica que existe en España”. EFE