Aranda de Duero (Burgos) (EFE).- El cantautor uruguayo Jorge Drexler ha asegurado sentirse orgulloso y ser un honor pero a la vez un desafío poder actuar este viernes en Sonorama Ribera, un festival que en sus 26 años de historia ha conseguido vertebrar y compatibilizar su identidad, estrechamente ligada a la localidad que lo acoge, la región, la cultura y la música, con la innovación constante.
“Es fácil tirarte por uno de los dos lados, sorprender, estar todo el rato innovando mediáticamente o tener identidad y hacer hincapié en eso. Pero juntar los dos vectores y conseguir que un festival tenga 26 años y se mantenga activo, fresco, cometiendo ensayos y errores es para mí un mérito en sí mismo. No puedo estar más orgulloso y confieso que es un desafío”, ha señalado durante su intervención el ganador de 13 Premios Grammy.
Drexler, durante la presentación del festival que hasta el domingo se celebra en Aranda de Duero (Burgos), ha establecido una interesante relación entre ambos conceptos, la identidad y la innovación.
A partir de cómo el chat GPT no puede llevar a cabo un proceso de ensayo y error y carece de biografía, y de una reciente visita a los yacimientos de Atapuerca (Burgos), que distan apenas cien kilómetros de la capital ribereña, ha incidido en cómo lo que hoy se califica como España Vaciada es una región que vertebra la identidad del ser humano desde hace más de un millón de años.
Una identidad que Sonorama Ribera ha conseguido crearse gracias a su apuesta por los artistas nacionales y los grupos emergentes hasta el punto “que ha generado un movimiento musical alrededor de él, que es responsable en gran parte con lo que pasa con la música en este país”.
En paralelo, a juicio del cantautor, frente a aquellas iniciativas en las que la apuesta por la identidad las ha convertido en algo museístico, “metido en una cápsula de formol”, el festival arandino ha evitado el encorsetamiento gracias a una política de innovación.
Algo que se traduce en cuestiones como que más de la mitad de los asistentes a la cita tengan entre 20 y 30 años y que a partir de la iniciativa sonorámica hayan crecido un montón de festivales.
“Además de la intención de defensa de una identidad hay sobre todo una intención de evitar el encorsetamiento y lo museístico y de abrir puertas y de mirar hacia adelante. Me encanta, la identidad vertebra todo lo que escribo, la voluntad de experimentación también vertebra lo que escribo y estar en Sonorama es un privilegio para mí. “, ha subrayado.
Drexler ha reconocido que su participación en un festival es algo nuevo para él, lo que le ha obligado a aprender a tocar en este tipo de eventos, cambiar la banda que le acompaña, el repertorio e incluso aprender a situarse en un escenario tan grande y ante un público tan numeroso, por lo que afronta lo que ha calificado como un desafío con la intención de ver cómo se comportan otros artistas y aprender.
Sostenible e inclusivo
La presentación de Sonorama Ribera ha contado con la participación de su director, Javier Ajenjo, quien ha insistido en que la apuesta de la organización no pasa por hacerlo más grande, sino mejor.
En ese sentido ha recordado que desde hace años trabajan por ser más sostenibles y reciclar todo lo posible, sacando una botella de vidrio de un conocido refresco y mezclándolo con su copa de vino, haciéndose en directo un ‘Ribermotxo’.
Asimismo, ha puesto el acento en que Sonorama es cada año una cita más inclusiva, facilitando espacios, mochilas vibradoras o traduciendo a lengua de signos las letras de algunos de los conciertos programados -en esta edición serán once- para que puedan disfrutar del festival también personas con distintas capacidades, “que en ningún caso son discapacitados”. EFE